Nunca habia comprendido del todo la gran verdad y sabiduría que se esconde bajo tan pocas palabras.
Llegó un bonito dia de abril, para mas señas, el 11 de abril de 2007, en el cual mi pequeño portátil dejó de funcionar. «Lo llevaré a reparar» – pensé yo, iluso de mi. «Está en garantia» – me alegré.
Así que ni corto ni perezoso, lo llevé yo mismo hasta el SAT del distribuidor, AHTEC concretamente, para que me arreglaran la avería lo antes posible. Tonto de mi, si hasta pensé que así ganaría tiempo, en vez de enviarlo gratis por SEUR.